<<Reconocer a los cuerpos gordos y disidentes como hogares habitables es desafiar las reglas de un sistema cisheteropatriarcal occidental que pretende imponernos cómo deben ser nuestros cuerpos y cómo vivirlos. Querer habitar un cuerpo gordo tal vez no empieza por sentirse hogar en él, sino por ver que otras personas sienten hogar en ti y por ser capaz de elegir habitar en lugares con seres que se sienten hogar para ti.>> Pequeñísimo fragmento de un texto que pronto podréis leer en un sitio muy especial y sobretodo, gordo. Mi cuerpo desmesurado es cambiante, los cuerpos engordan, adelgazan, aparecen marcas en la piel, estrías, granos, nuevos lunares, se reformulan lorzas, las pieles se caen, la grasa se redistribuye, el movimiento varía, etc. Estamos acostumbrades a ver cuerpos estáticos, cuerpos que si cambian siempre nos lo mostrarán con el antes y el después, calificando de positivo y negativo, de logros y fracasos, cuando simplemente la realidad es que: un cuerpo vivo, es un cuerpo mutable. A veces los cambios nos cuestan, sobretodo cuando nos dictan cómo deben ser nuestros cuerpos, nuestras identidades y qué los únicos cambios válidos son aquellos que abogan por una normatividad. Mi cuerpo desmesurado es MUTABLE; a veces pierde peso, otras veces lo gana, pero siempre cambia. Es un cuerpo vivo que me permite sentir, vivir y ser, y eso es más que suficiente.