21 días en la selva amazónica peruana Regreso a casa después de 21 días de estar respirando este verde intenso, de estar conectada a la vida en su máximo esplendor, de estar nutriéndome de plantas divinas. Regreso tratando de unificar la experiencia, de quedarme habitando esa transformación sagrada. La vida que me entra por los ojos a través de los verdes intensos, de los caminos enmarcados por esta vegetación salvaje. La vida que me entra por los oídos, con la música de la selva, de todos los seres vivos cantando al unísono en una orquesta que celebra a la existencia plena, presente. La vida que me entra caminando por veredas desconocidas, con los rayos del Sol escurriéndose entre las ramas de los árboles. La vida que sueño, este, mi eterno movimiento desde y hacia La Fuente. La vida que me entra a través de los recuerdos de mis encuentros, de los lazos que tejo en amor. La vida a través de la selva amazónica. Que nunca te deje de respirar, selva sagrada, que me convierta en un espejo de tu verdor, de tu canto a la vida...